Transparente y sin nada que esconder porque asta sus pensamientos simples resuenan entre las palmas de coco de aceite.
De caminar lento navegando en en el polvo de la calle en sus viejos guaraches de cuero que compro en La huerta.
Diminuta figura con alma de mariposa blanca y gigante.Suave y fragil como la espuma del mar en el mes de agosto y nadie sabe de donde bino o cuando.
Mirada sonriente y triste como sculpida en piedras que viven atras de su casa amontonadas en contra de el cerro donde viven las iguanas negras con ojos de diamantes.
El cerro te proteje el mar te admira y te arrulla en tu siesta publica en tu casa sin paderes,sin puertas o ventanas porque son inecesarias para ti.
Incanzable caminar bajo los gigantes cedros,palmas y cuajiotes rojos en una nuve de humo en la manana de oro y esmeraldas.
Mujer sin edad o historia de amor porque nunca acepto el romance ciego de su enamorado que visitaba el pueblo cada verano y que compartian el mismo nombre.
Layito hera siego y venia desde Tonaya a La Manznailla,canataba historias de la revolucion con su guitarra y el pueblo entero tomaba la responsabilidad de cuidarlo una semana en cada casa durante el verano.
Layita nunca acepto las canciones que Layito compuso para ella pero heran muy conocidas entre la gente de el pueblo.